último álbum de la fallecida Amy Winehouse, Back to Blank, cumplió 10 años, en los que a contribuido a resucitar y a popularizar el soul y sonido motown de los años 50 y 70.
Back to Black, marco un antes y un después para una nueva generación de vocalistas del pop desde Adele a Lana del Rey o a la extravagante Lady Gaga, quienes han revestido en ocasiones su rhythm and blues (R&B) con un toque vintage desde entonces.
Varias publicaciones especializadas lo destacaron como uno de los mejores álbumes de 2006 y 2007, entre ellas Rolling Stone, que lo situó en el número 20 de la lista de los cien mejores discos de la primera década del siglo XXI.
Al éxito comercial le acompañó el de la crítica, pues la industria de la música lo encumbró con numerosos y merecidos premios. Winehouse se alzó con el galardón a la mejor solista británica en los Brit Awards de 2007 y Back to Black fue finalista ese mismo año del Premio Mercury, al que ya había optado con su primer trabajo Frank (2004). Y en la gala de 2008 se convirtió en la primera británica que ganaba cinco premios Grammy.
El 23 de julio de 2011, Winehouse fue encontrada sin vida en su domicilio londinense de Camden Town, una noticia que causó gran conmoción en el mundo musical, que lloró la pérdida de una artista que apenas tenía 27 años de edad.