Kim Kardashian y Kanye West tendrán un tercer hijo pero debido a los problemas de Kim durante sus embarazos anteriores será por vientre alquilado.
La socialité nunca ha ocultado su deseo de tener una familia numerosa. «Crecí con hermanos, si pudiera tronar los dedos y tener cuatro hijos, tuviera cuatro» dijo hace unos años en Today Show.
Incluso en marzo pasado, en un capítulo del reality de Las Kardashians, explicó que en sus dos pasados embarazos tuvo un desprendimiento de placenta, un tipo de complicación que podría agravarse si se vuelve a quedar embarazada.
“Quiero que mis hijos (North West de 4 años y Saint West de 18 meses) tengan otro hermano, pero los doctores me han dicho que no creen que sea seguro para mí”, decía en dicho episodio. Ya entonces hablaba de la posibilidad de iniciar un proceso de gestación por alquiler. “Creo que mi mayor miedo es que si acudo a una madre sustituta no sé si amaré igual al bebé. Y eso me asusta”, reconocía ante las cámaras de televisión. Ella habló con el Dr. Paul Crane para revisar sus opciones, dados sus embarazos y partos complicados.
El Dr. Crane le explicó que debido a que sufrió de toxemia y una placenta retenida, lo cual fue “traumático” para su cuerpo, las posibilidades de tener otro embarazo difícil son mayores.
“Siempre estamos preocupados por la próxima complicación seria… Siempre asumes un poco de riesgo. Hay situaciones donde la placenta retenida puede ser de vida o muerte”, le dijo el Dr. Crane a Kim. Gracias a la recomendación de su hermana mayor Kourtney Kardashian, Kim se reunió con el Dr. Huang, especialista en fertilidad, para conseguir una segunda opinión. Él también le dijo que podría experimentar un “embarazo de alto riesgo”.
Kim ha hablado sobre sus problemas de fertilidad. De hecho, en 2015 le admitió a E! News, “Cualquier problema médico que puedas tener, siento que lo tengo, y me preocupo mucho por eso”. Y aunque no “pensó que fuera posible” quedar embarazada una segunda vez, ella vivió un tiempo “miserable” estando en estado de Saint. “Esa es mi experiencia y no voy a pretender que no fue así». “Simplemente no creo que el embarazo y yo nos llevemos bien”.
Kim previamente publicó en su blog sobre las dificultades de su primer embarazo, cuando fue diagnosticada con preeclampsia y tuvo que dar a luz a North unas seis semanas antes de lo previsto.
Debido a la insistencia del doctor, su parto fue inducido. El parto de Kim no resultó como debía, y la placenta se “quedo atascada dentro de mi útero, lo cual es una condición llamada placenta accreta”, escribió: “Es una condición de alto riesgo que sucede cuando la placenta crece demasiado adentro de la pared uterina. Mi doctor tuvo que meter todo su brazo y soltar la placenta con su mano, sacándola de mi útero con sus uñas. ¡Cuán desagradable y doloroso! Mi mamá estaba llorando, ella nunca había visto algo así. Mi parto fue bastante fácil, pero después de pasar por eso, ¡fue la experiencia más dolorosa de mi vida! Me pusieron una segunda epidural pero se nos estaba acabando el tiempo, así que solo tuve que aguantar”.
Luego Kim debió tener una cirugía para remover un pedazo de placenta, seguida de una segunda cirugía para remover el tejido cicatrizado restante. “Todo esto evitaba que pudiera embarazarme una segunda vez”, escribió. “Tengo doctores maravillosos que me ayudaron durante todo el proceso y estoy tan agradecida por haber tenido un segundo bebé”. Por ello, si se embarazara una tercera vez, su riesgo de tener preeclampsia y placenta accreta sería más alto que antes.
Según TMZ los famosos ya han llegado a un acuerdo con una agencia de vientres y han iniciado todos los procedimientos. En el contrato, que también se ha hecho público, dice que Kim y Kanye pagarán un total de 45.000 dólares distribuidos en 10 mensualidades, lo que se resume en un total de 4.500 dólares al mes.
En caso de que la mujer tenga mellizos o gemelos el matrimonio Kardashian-West pagará solamente 5.000 dólares adicionales por cada hijo de más. El contrato, también toma en cuenta el aborto. Si la madre subrogada pierde al pequeño durante los primeros meses del embarazo, se le pagarán 4.000 dólares. Kim y Kanye ya han tenido que abonar a la agencia de vientres de alquiler un total de 68.850 dólares a modo de fianza. En caso de que el proceso culmine satisfactoriamente, le serán devueltos en torno a 23.850 dólares.
El acuerdo no sólo se refiere a las condiciones económicas. El contrato también se asegura de que la mujer no fume, beba o ingiera drogas mientras esté en cinta. Tampoco podrá mantener relaciones sexuales durante las semanas previas al embarazo ni en las tres semanas posteriores a la implantación del embrión.
Por si fuera poco, la embarazada en cuestión no podrá ir a saunas ni montarse en metro, teñirse el pelo, cambiar o tocar arena para gatos para evitar la toxoplasmosis, beber más cafeína de la recomendada por los expertos o comer pescado crudo.
En cuanto a las obligaciones de Kim y Kanye, el contrato recoge que serán ellos quienes «asuman las responsabilidades legales del bebé (…) aunque nazca con cualquier enfermedad congénita u otras anormalidades o defectos«.